Editorial
La maquinaria electoral
Es bien sabido que está prohibido colocar publicidad en las paredes de las escuelas y colegios, o promover actividades proselitistas en dichos centros de estudio. También está prohibido utilizar maquinaria, personal o presupuesto municipal para hacer campaña política. El incumplimiento de la ley de elecciones, y el uso de fondos públicos para fines particulares son penados de forma severa… pero sólo en el papel, en la letra muerta.
En la práctica, no será raro ver a funcionarios públicos darle su abierto respaldo a los candidatos de su confianza, facilitando su promoción mediante la entrega de obritas, “permisos” para que el personal vaya a hacer campaña (de no hacerlo, tendrían que atenerse a las consecuencias), o incluso haciendo campaña directa a favor de unos y en contra de otros.
La ciudadanía se ofende con estos insultos a la inteligencia, sin embargo muchos aprovechan para pedir y conseguir obras que de otra manera no tendrían, ya que a falta de planificación a mediano y largo plazo, las obras son realizadas en base a la regalada gana y al cálculo político. Claro, cada vez son más los que se acercan a pedir las obras, pero afortunadamente son menos los que les dan el voto, que sigue siendo secreto y constituye la única forma de eliminar la corrupción y la falta de respeto, de ética y una burla a la dignidad de quienes son presionados para hacer campaña para mantenerse en un puesto de trabajo.
Hasta ahora, ningún candidato de oposición, ni movimiento independiente de ciudadanos conscientes ha tratado de exigir respeto a la ciudadanía mediante la instauración de veedurías ciudadanas a las campañas electorales, o mediante la denuncia directa a quienes utilizan el dinero que es de todos para favorecer a unos pocos. Esa podría ser la causa principal de la impunidad.
Si se realizaran veedurías y se presentaran denuncias fundamentadas con los respectivos videos, fotografías, etc., ante
Tierra de oportunidades
Rafael Méndez Meneses
Naranjal es un cantón pequeño, el argumento de que es el tercer cantón más grande de la provincia sólo podría servir para evadir licitaciones públicas mediante la subdivisión innecesaria de contratos para obras de infraestructura que talvez resultarían más baratas si se los realizara de forma planificada.
Pero aún así, y tomando en cuenta la relativa facilidad con que otros Gobiernos Locales gestionan obras cuyo costo excede el presupuesto, ¿Cómo es posible que no haya planificación a mediano y largo plazo aún? ¿Por qué carecemos de un sistema integral de agua potable? ¿Cómo es que muchos sectores aún no tienen alcantarillado sanitario? ¿Por qué no se emprenden acciones eficientes para preservar nuestros bosques o para generar empleo productivo?
Analizando nuestra realidad local, es obvia la necesidad de atender nuestros bosques amenazados por la codicia y la falta de planificación, nuestro suelo privilegiado, o las necesidades de infraestructura básica. Quienes han accedido a la educación superior, muchas veces tienen una idea clara de la diversidad de acciones que se podrían emprender para mejorar las cosas. Algunos han viajado a otras ciudades o países, y saben de las oportunidades que hay en la asistencia de ONG o de tecnologías de las que sencillamente no deberíamos prescindir.
Muchos han planteado soluciones a pequeños y grandes problemas, pero esas ganas de demostrar que sí se puede, la energía y el civismo, no siempre se han encauzado correctamente. ¿El motivo? Tal vez piensan que Naranjal es demasiado pequeño como para tener un tejido social importante. Si se brinda a los jóvenes, o incluso, a los adolescentes los espacios que necesitan, en un momento sus ideas, conocimientos, e incluso contactos, podrían dejar obsoletos a quienes han manejado los destinos de nuestro cantón de forma mediocre.
Naranjal es un cantón pequeño, y esa debiera ser una fortaleza. Es cuestión de aceptar que a pesar de que no todos pensamos igual, las ideas y propuestas de unos se pueden complementar o contrastar con las de otros para darle a nuestra tierra soluciones verdaderas a los pequeños y grandes problemas que siguen pendientes. No sólo en cuanto a la infraestructura, sino también a la forma en que se trabaja y se deja trabajar a quienes queremos hacer de Naranjal un lugar mejor.
La ciudadanía puede generar cambios positivos y cada vez son más los jóvenes y grupos organizados que quieren hacer algo por su cantón, pero si se limita nuestra participación respaldando solamente eventos deportivos o sociales en vez de alentar la acción cívica y la formación de todos, sencillamente dejaremos de ser competitivos y pereceremos como los dinosaurios, no por un evento catastrófico, sino por la apatía, la mediocridad y la politiquería barata.
Política matemática
Dra. Carmen Dillon
Desde siempre he sentido aversión por las matemáticas y las ciencias exactas (que me disculpen Pitágoras, Thales de Mileto, Einstein y tantos otros) porque soy muy inexacta, a decir verdad, a veces realmente impredecible y cuando alguien se muestra extremadamente perfecto, automáticamente se vuelve para mí, digno de sospecha, pues los defectos, las imperfecciones son parte del humano vivir y puntos de partida para trabajar sobre ellos y asumir el reto de evolucionar.
Hecho este preámbulo o consideración personal les contaré que en esta época me siento muy irritada precisamente porque las matemáticas se han vuelto el pan de cada día.
En todas partes: se escucha el estribillo "hay que sumar" y eso de convertirse en una cifra o guarismo es muy desagradable y sobre todo... ¿Por qué?... a quienes quieren sumar, no les importa si en el producto total van mezclados números simples o complejos, quebrados homogéneos o heterogéneos. Sólo quieren aumentar el número de ingenuos, por no decir pendejos que todavía creen en promesas falsas; pues los que ahora dicen que hay que sumar son especialistas en multiplicar (para sus bolsillos por supuesto) y luego en dividirse entre ellos el dinero de todos, y después de aniquilamos, convertirnos en un cero a la izquierda, valor que todos sabemos es nulo.
La verdad, somos fácilmente seres ionables, nos impresionan las caras bonitas, los slogans falsos, los discursos impresionantes, los ademanes exaltados.
Además somos inmediatistas y lamentablemente sufrirnos de amnesia, pues si nos regalan camisetas, víveres y otras vituallas, fácilmente nos vendemos como el Esaú bíblico, que por un miserable plato de lentejas, vendió sus derechos de primogenitura.
Pero así somos, y seguiremos siendo como el dicho popular: "genio y figura, hasta la sepultura". Por eso, yo no les voy a decir “razonen el voto”, se que es inútil; por eso estamos donde estamos. Sólo nos toca asumir la responsabilidad de la equivocación y las consecuencias funestas para el futuro de nuestros hijos, sin culpar a nadie de nuestra desventura.
La impunidad de los grandes ladrones
Luther Vera Realpe
Ahora quienes roban en grande tienen patente de corzo en aras de la impunidad. ¿Qué les importa que haya que huir al extranjero y permanecer fuera por unos cuantos años, si los millones que se han llevado les asegura una vida llena de lujos y privilegios propia de un sibarita? Acaso para ellos la vida en el exilio sea más sabrosa y hasta desestresante. Lejos del tumulto diario de una sociedad convulsionada por el canibalismo político y el desorden estructural que la caracterizan, se sienten más seguros a la distancia sentados a la orilla del mar, gozando de “buena compañía”, de exquisitos bocadillos y exóticas bebidas. Sólo les queda pensar en que ya llegará la hora de regresar y que cuando eso suceda, habrá resonar de trompetas y de clarines en el paisito que dejaron atrás y al que ven desde lejos como un microscópico punto del mapamundi.
Sin embargo nada pierden elevando una oración, silenciosa, para sus adentros, a Manmón el dios intemperante del capital: gloria a ti oh grandioso dios que has hecho posible la existencia de ese paisito llamado Ecuador, paraíso de ladrones expertos, hacienda de la camarilla de truhanes que se protegen detrás de una muralla de estiércol impenetrable.
Alabado seas dios misericordioso con tus rubicundos hijos que tuvieron que ponerse a buen recaudo cuando se llevaron el santo y hasta la limosna de los Bancos privados a los que asaltaron ayudados por el presidente más corrupto de todos los tiempos.
Bendito seas dios omnipotente porque has permitido que una interminable orgía impere en la función judicial de este minúsculo país, a fin de que únicamente los de poncho sean objetos de sus rigores y los criminales de terno y corbata deambulen orondos por el mundo, lanzando billetes al aire y por doquier. Recibe la ofrenda de Luis Lojano Cañar y Oswaldo Castro Muñoz, tremendos jueces de la tremenda corte, quienes arrodillados ante ti, complacientes y benévolo dios Manmón, resolvieron liberar de culpa al sumo sacerdote del latrocinio que ahora de clases de gobernabilidad en una de las mejores universidades para ladrones con sede en gringolandia.
El prestigioso articulista de un reconocido diario de circulación nacional, se anticipó a otras resoluciones judiciales que dejarían purificados a más integrantes de la banda de Alí Baba y los cuarenta ladrones financieros, denunciando en su columna editorial el conciliábulo que se fraguaba en cierta cueva de la ruta a Samborondón con un chasquido de los dedos del consabido dueño del país. Inmediatamente un perro grandote que tiene su cubil en el Congreso Nacional se le lanzó encima como buen perro con hambre, que es para hacer méritos ante el amo que lo adiestró, e intentar acallar la voz en el desierto de uno de los pocos que todavía tienen la entereza y el valor de decir la verdad a riesgo de ser perseguido, vejado públicamente encarcelado o exterminado de la faz de la tierra.
¿Para qué sirvió el sacrificio de aquel articulista a quien el antes mencionado perro grandote ladró ferozmente en la televisión al sentir que aludían a su intocable amo?
En el mejor de los casos sirvió para que los pocos que no están enajenados por la maquinaria de componendas instalada por los propietarios del paisito, permanezcan alertas y adhieran sus voces de protesta ante una pretensión tan infame. Tratándose de los intereses de estos últimos no es más que la oportunidad para poner a prueba los niveles de eficiencia de esa cruenta maquinaria. Cada pieza estratégicamente ubicada debe funcionar según su disposición en el engranaje con una dosis adicional de “aceite” si es necesario.
Así es como surge la cínica amenaza de los indignados hijos de la corte, de enjuiciar a quien cometió el delito de decir la verdad y despertar la memoria de millones de ciudadanos ecuatorianos estafados impunemente.
Mientras esto acontece los inventores del parto de los montes se sumergen en divagaciones y fórmulas inútiles, dizque para combatir el embate delincuencial. Hablan de cadena perpetua y de pena de muerte en un país de cortes y fiscalías corrompidas, de infernales penitenciarías, donde el pueblo ve pasar la justicia a la misma distancia que lo separa de las estrellas y los grandes ladrones gozan de sempiterna impunidad.
Borrachitos
Dr. Pedro Uyaguari Jarama
¡Hola queridos lectores! ¿Qué tal? En esta ocasión me voy a referir a temas que ya he mencionado en otras ocasiones, y me da mucha pena saber que “soy una voz en el desierto”, o que estoy “arando en el mar”. No quiero decir que lo que escriba en este medio deba ser cumplido ipso facto. Estoy consciente de que soy un humilde mortal de buenos sentimientos que busca el bienestar del prójimo dando una que otra idea para el buen vivir de nuestra sociedad.
¿Sabían ustedes que uno de los rubros más altos de despilfarro en la escuálida economía de las familias naranjaleñas es el alcohol? La mayoría de los problemas sociales y accidentes son ocasionados por las “borracheras”. Todos lo sabemos, pero qué va… “Viva la fiesta”.
Claro, de eso se trata, pobrecito el naranjaleño, que se divierta, si toda la semana se ha rajado trabajando. Pero si por los mismos medios de comunicación, que son los llamados a orientar, invitan a “chupar”, o a farrear; y los dueños de esos negocios se hacen llamar “empresarios de la diversión”
Qué pena que en nuestra sociedad el amor a Don Dinero sea más fuerte que el amor al prójimo. La lucha por captar a los “clientes” de hoy y del mañana se convierte en una batalla campal. Poco falta para poner publicidad de las bebidas alcohólicas en iglesias, escuelas y colegios. Cómo vamos a corregir a esta sociedad si la formamos defectuosa, para el beneficio de capitales externos.
Esta idea infundada de la “diversión” debe corregirse para no ofender el verdadero significado de la palabra. La diversión es una sola, no existe ni la sana ni la mala diversión. La diversión mala se llama perversión, especialmente cuando implica ir a desperdiciar el dinero de las necesidades básicas de un hogar, especialmente de los hijos.
Las autoridades no se plantean regular esta actividad social en nuestro cantón. Cuando construyeron el malecón de los peces, los moradores esperábamos cambios sustanciales, pero eso pasó de ser un sueño a una pesadilla. En vez de eliminarse los salones, estos se han incrementado, convirtiendo al sector en una especie de “zona rosa”. Si antes eran tres, ahora son cinco los lugares de perversión.
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